31 enero 2006

El destino baraja, nosotros jugamos*

Soy un estudioso de las líneas temporales, y me fascina que el aleteo de una mariposa en Beijing pueda desencadenar la caída en desgracia de mi carrera como titiritero. Por ello no puedo dejar de preguntarme qué cambios hubiesen acaecido de haber sido diferentes las circunstancias hoy en el metro. Más o menos a la hora de la merienda, para más señas.

Iba yo observando a una adorable parejita discutiendo (es increíble la cantidad de cosas de las que te puedes enterar si te escondes tras un libro, utilizas auriculares y finges total indiferencia). Tras la fase inicial de acaloramiento, ambos se sumieron en un silencio insoportable (por lo menos para mí... ¡lo pasé mal, de verdad!). Entonces ella, llamémosla Mariloli, en un arranque de emoción, hizo amago de coger la mano de él, llamémosle Don Ginés (he tenido que recurrir al googlefight para saber si Ginés era nombre de chico o de chica... ¡mi cabeza no es lo que era!). Pero, ¡oh, crueles hados!, en ese preciso instante el metro frena, ambos se ven impulsados hacia adelante y el momento kodak cae en el olvido antes de producirse. Ignoro qué pasaría después, porque era mi parada. La situación era interesante, pero llegar a mi casa me interesaba incluso más.

Mariloli y Don Ginés en una universo paralelo de ardillas felices. ¡Aterrador!

¿Qué hubiese pasado si el metro no hubiese frenado? Los individuos de mi estudio probablemente serían felices y comerían perdices. Y habría tocamientos apasionados en los rincones más insospechados (¡Prometí que en este blog habría sexo y lo cumpliré!). Adicionalmente, mogollón de viajeros (entre los que me incluyo) nos hubiésemos indignado con el conductor y, de prolongarse la falta de frenos, probablemente sufriríamos más de un chichón. En cambio, el metro frenó, Mariloli y Don Ginés no se reconciliaron y las consecuencias pueden ser brutales. Si no consigo que se besen... ¡yo nunca naceré!**

En fin, para que estas cosas no pasen, cada vez que tengáis un gesto cariñoso con alguien, hacedlo por triplicado, así estas cosas no pasan.

* ¡Wala! Me he permitido citar a Arthur Schopenhauer... a veces me doy miedo a mí mismo...
** He dicho que estudio las líneas temporales. No que las entiendo.

14 comentarios:

Sveret dijo...

¡¡¡Primer, primer!!!

Asi que no soy la única que cuando va sola en el metro se dedica a mirar a la gente, escuchar sus conversaciones, tratar de adivinar algo de sus vidas... Sí, ya lo he admitido, lo hago. ¿Iré al Infierno?

Me da igual la respuesta. Seguiré haciéndolo. Me gusta imaginar los desenlaces. Será porque siempre me los imagino buenos...

Anónimo dijo...

Tranquila, no irás al infierno. Allí sólo van los que en el metro... se dedican a mirar los culos... Las historias no acaban ni bien ni mal, simplemente no acaban, de alguna forma es como en las series de TV, que echan miles y miles de capítulos, pero luego las suspenden y nunca sabes cómo terminan, simplemente la vida continua, y piensa que tal vez alguien te esté observando a tí, tratando de escudriñar tus pensamientos y adivinando tu siguiente movimiento! ¿Y si alguna vez nos hemos visto y hemos pensado "Cómo acabará esta persona"? Conclusión: Sé dueño de tu propia vida; para los demás, ya está el conductor del metro para joderles la suya :D

Monica Geller dijo...

La vida si esta llena de personas que entra y salen, haciendo historias con presentación, nudo y desenlace.
Incluso nuestros padres solo duran los primeros capítulos, algunos llegan al 11 la mayoría hasta el 48, (si llegamos a tener una vida novelada, digamos, por Tolstoi).
Pero aunque yo no escucho conversaciones ajenas, (a veces, ni las propias), si creo que hay episodios con final feliz y a veces, no tanto.
Como aquel novio al que deje por otro tío y tanto él como mis amigos me estuvieron llamando zorra un par de años.
Capítulo con final destructor de autoestima para él y destructor de circulo de amigos para mi.
Quizá sea bueno que rompa la pareja del metro, a saber que barrabasada le había hecho el a la pobre chica....

Charming loser dijo...

¡Qué grandes sois! Este blog podríais escribirlo vosotros solitos... y quedaría mucho mejor ;)

Anónimo dijo...

En ese caso, gracias por ahorrarnos los esfuerzos :P

Sveret dijo...

No seas vago y escribe...

Anónimo dijo...

Solo puedo decir con el resquemor que me caracteriza, que seguro que ella le dejara a el por un tio más guapo y luego le mentira y le dira son mis sentimientos blabla y se dejaran de hablar.
Resquemor? Yo diriaa q noo

Charming loser dijo...

Sve, Sve, una duda... a quién llamas vago, ¿a Nigel o a mí?

Sveret dijo...

A ti, por supuesto xD

Anónimo dijo...

Hurra! :D Me debes un cubata xD

Charming loser dijo...

Vale, Sve, si me lo pides desde el cariño y el respeto pronto habrá artículo nuevo y tan lamentable como los anteriores.
Nigel... ¿Quién te debe un cubata?

Sveret dijo...

¡¡¡Borrachos!!!


Eh, si la apuesta dependía de lo que dijera, ¿me puedo auto-invitar? xD

Y sí, yo siempre te hablo con todo el cariño y respeto que te puedo tener... :P

Anónimo dijo...

Vaya, me temo que no te mencioné lo de la apuesta... bueno, eso no implica que no exista xD

Sve, pidéselo con cariño, va, que este artículo tiene ya muchos comentarios, hay que seguir en el siguiente :P

Sveret dijo...

Que sí, que sí, que yo se lo pido con cariño, jo.


Hoy he ido en metro, pero toooodo el mundo iba en silencio... Eso ya es curioso de por sí.

V. Young - Sveret - Sve - etc...