Go ahead and jump! *

Estando en el metro, ¿alguna vez habéis pensado si seríais capaces de saltar las vías y llegar al andén opuesto? (seguro que algún malpensado, al leer el comienzo, ya había pensado: "¡jo!, vaya rollo, otra vez va a hablar de tocamientos en el metro...") Yo lo he pensado mogollón de veces (incluso una vez soñé que mi profesora de mates de 1º de BUP me obligaba a hacerlo, insistiendo especialmente en depurar mi técnica: "¡No, no, no! ¡No puedes saltar directamente! ¡Tienes que calcular para agarrarte justo al borde!"), pero como soy un tipo serio y poco dado a hacer el ridículo (¡mentira y gorda!) he descartado la idea cada vez que me ha venido.

Ayer, en una de estas estaciones en las que se puede entrar y/o salir del vagón por los dos lados, vi a un personajillo entrar por un costado, abrir la puerta opuesta y salir por ella. Acto seguido, nuestro protagonista cogió carrerilla y, aprovechando la seguridad que da tener suelo debajo, trató de saltar de un andén al otro. Por si tenéis curiosidad, os diré que sin éxito.

Así se practica para saltar vías de metro

Al presenciar esta escena, tres cosas se vinieron a mi mente:
1 - ¿Por qué no se me ocurrió a mí intentarlo así?
2 - Yo podría saltarlo, si no fuera porque seguro que al sentir las miradas de la gente me pondría nervioso, tropezaría y acabaría con una nueva lesión. Es mi sino.
3 - Así no tiene gracia. Tal vez, si las puertas del metro estuviesen cerradas y algunas fueran de papel y otras sólidas, y hubiese un tío calvo y otro con el pelo largo y rojo, ambos con una pinta horrible y furiosos con su maquillador, y cañones, y un grano de café gigante que estorbase... sí, he visto demasiado Humor Amarillo, y me encanta.

En fin, supongo que os preguntaréis cual es el sentido de este post. Pues fácil: ¡me aburro!

* Van Halen